domingo, 23 de enero de 2011

Bomba craneal

Finalmente estalló la bomba en mi cabeza. Volaron espejos por todas partes. Los vidrios se iban convirtiendo en limones verdes. Luego naranjas. Sangraban pis amargo de limón. Bailaron su coreografía ácida durante toda la noche, hasta pudrirse. Desde aquel mugriento y oloroso pantano los recuerdos se volvieron ceniza para resurgir perfectamente limpios. Esta vez parecían tomates. Quería que fueran tomates y probar el pis dulce de tomate con aroma a semillas verdes… ¡Oh!...¡Sí!¡¡¡Eran tomates!!! Los recibió una de mis neuronas, la más retraída de la comunidad neuronal. Se llevaron de pelos. Mientras se vestían unos a otros recordé la era de los tomates, tan fresca como un banquete navideño. Se me daba por cantar desnuda entre las hierbas y plantar zanahorias. Cada tanto pintaba una tortuga, un pez o un hámster y los mezclaba con el agua y el vinagre. Se murieron. No importó. Vinieron las extensas charlas con Pinina, mi muñeca de trenzas, enredadas en el balcón. Sonaba una orquesta lejana en el medio de un campo. Dirigía un tomate gordinflón. La orquesta tocó durante tres días sin parar. El cuarto día el tomate estalló y la huerta rompió en aplausos.  Al toparme con ella no pude parar de llorar. Lloré horas y horas. Fue glorioso.

1 comentario:

  1. Hoy fui a ver el musical de Drácula por quinta vez en mi vida, y por primera vez con vos en la obra. Casi nunca me convence Mina, después de Milone que es increíble. ¡Pero vos lo hiciste genial! La verdad que te pasás. Te felicito, tenés una voz hermosa. Éxitos :)

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